ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA EN UNA VISIÓN MÉDICA INTEGRAL EN PARAGUAY EN AMÉRICA LATINA
DOI:
https://doi.org/10.47879/ed.ep.2025844p287Palavras-chave:
ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA, AMÉRICA LATINA, VISIÓN MÉDICA INTEGRALResumo
De acuerdo con los Protocolos Clínicos y Directrices Terapéuticas para la Esclerosis Lateral Amiotrófica regidos por el Instituto de Previsión Social en Paraguai y Ministerio de Salud del Brasil, los criterios para el diagnóstico y progresión de la enfermedad son médicamente responsables, su tratamiento debe ser recomendado y con medicamentos y control de la enfermedad utilizados de forma individualizada y personalizado¹,25,26,27.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una patología localizada en la motoneurona o con la definición de enfermedad neuromuscular (ENM). Hoy es una de las enfermedades más graves neurodegenerativas al lado de Alzheimer y Parkinson,2,3. Su proporción e incidencia es de 0,73 a 1,89 casos por 100.000. Según sus datos, la edad es un factor importante para la ocurrencia, y su mayor manifestación es entre los 55 y los 75 años4,25,26,27.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso motor. Provoca deterioro físico, tanto progresivo como acumulativo, con muerte por insuficiencia respiratoria. La enfermedad tiene diferentes características en cuanto a presentación, curso y progresión. Aunque, la ELA y sus variantes son reconocidas por los neurólogos, alrededor del 10% de los pacientes reciben un diagnóstico erróneo y no es infrecuente la demora en confirmar el diagnóstico. El diagnóstico precoz, la información diagnóstica con honestidad y sensibilidad, la implicación del paciente y la familia y un plan de cuidados terapéutico positivo son requisitos indispensables para un mejor resultado clínico y terapéutico. El tratamiento multidisciplinario y los cuidados paliativos pueden prolongar la supervivencia y mantener mejores aspectos de la calidad de vida. El tratamiento con Riluzol aumenta la supervivencia, pero no modifica el deterioro funcional, mientras que la ventilación no invasiva prolonga la supervivencia y mantiene la calidad de vida1,12.